21 de enero de 2016

Pañales de aprendizaje lavables con telas que tenemos por casa


Cuando empecé este proyecto, uno de mis hijos aun se meaba en la cama aunque le habíamos  quitado el pañal de día, y no quería ni comprar más braguitas de aprendizaje ni seguir gastando pañales para dárselos cuanto antes al sobrino, que es un año menor.
Los pañales lavables son un paso adelante natural para las que usamos compresas de tela, porque aunque la costura es más compleja, se pueden reciclar prácticamente los mismos retales, que todos tenemos por casa.
Me puse a reciclar retales que tenía por casa para hacer un intento de braguita absorvente. No me acababan de convencer los tutoriales de pañales lavables que se pueden encontrar por la red porque todos funcionan con snaps, y yo queria una braga con elástico para usar por un corto espacio de tiempo, porque no creía que diera lugar a que el niño creciera mucho antes de dejar de usarla. Vamos, parecido a una braguita de aprendizaje, con gran absorvencia pero lavable.

Los materiales son de andar por casa:

  • una bayeta de microfibra grande
  • una toalla de rizo de algodón vieja (ya tenía una destinada a trapo para limpiar pinceles)
  • un trozo de pul sacado de una mochila impermeable, de estas que ahora regalan hasta con las galletas
  • cinta elástica recuperada de otras prendas o que tengamos por casa
  • cualquier tela decente para que se vea por fuera, en mi caso, el inefable pantalon de pijama de tercipelo azul que tanta cancha me está dando (y todavía me sobra mucho material!!!)

El patrón fue obtenido a partir de los propios calzoncillos del niño y una braguita drynight (una muestra obsequio de estas que te regalan por internet), pero me quedó un poco justo de pierna porque el niño es de muslo grande, así que recomiendohacer un patrón bastante ancho y ajustarlo antes de coser el elástico.

Yo no me he complicado la vida: primero he cosido un trozo de toalla a la bayeta de microfibra para dar una capa mas absorvente en la zona crítica, despues he cosido todo eso al pul y despues lo he cosido a la tela principal, aprovechando que tenía que meter un dobladillo para hacerlo hueco y luego meter el elástico con una aguja pasacintas. Las costuras que faltan se cosen con puntada escondida.  Como era una braga de prueba no me esmeré mucho.

Las fotos no siguen un orden muy estricto, pero sirven de orientación. Primero cosí un refuerzo con forma de compresa en el interior del patrón del pañal, dibujado ad hoc en la microfibra siguiendo las medidas orientativas del patrón que tendría un calzoncillo ancho. 

No hace falta remalladora para que quede muy plana la costura entre el rizo de algodón y la microficha: una costura en zigzag o en panal de abeja es suficiente para que las dos telas se fundan sin que quede ningún relieve, de manera que queda una parte central con forma de compresa (algo más ancha en la parte delantera del pañal porque la bragueta iba destinada a un varón) formada por una capa de microfibra y una capa de rizo de algodón añadida.
Visión de la parte trasera de la costura: casi ni se aprecia el tipo de la costura realizado ni el color del hilo (blanco) porque con los pelillos de la microfibra queda todo muy disimulado.

A lo que importa: el cosido anterior se cose con un pespunte a la tela de pul (que como veis viene de una bolsa reutilizada y no importa que contenga dibujos o letras) de forma que la parte de toalla quede orientada a la entrepierna (es decir, revés contra el pul). 
Tras el pespunte se recorta el perfil al ras, en mi caso con una tijera en zigzag para evitar que se deshilache la tela. En esta foto veis la forma del pañal (el tamaño ya depende de lo que necesite el niño). Eso sí, la abertura para las piernas tenía que haber sido más ancha y hay que contar el exceso de tela que necesitaremos para los dobladillos en la cintura y los muslos. Al mismo tiempo que el pul o posteriormente, según como nos apañemos, enfrontamos la labor con el derecho de la tela exterior, para que al dar la vuelta quede el pul contra el revés de la tela anterior, y en la cara interior, la microfibra con el refuerzo de toalla. Al cortar la parte sobrante de la tela exterior contar la tela que se necesita para la jareta.
La parte más laboriosa es ahora ensamblar la bragueta cosiendo los laterales y los dobladillos en cintura y muslos, con la goma elástica en su interior. Como con tanta capa ya quedaba muy grueso, las costuras laterales las hice a mano, y lo mismo con los cierres de las jaretas, que sólo cosí una vez comprobado que la longitud de la goma elástica era suficiente. Como veis quedó descuadrada la parte interior con la toalla y la microfibra porque siempre se me desplaza una de las telas cuando intento coser dos telas juntas en curva. Las gomas elásticas deben quedan prietas para que se adapten bien al cuerpo, sin que queden descolgadas, y a ser posible dejando parte sobrante dentro de la jareta por si hay que descoser y retocar la longitud de la goma elástica. La verdad es que lo podía haber cosido con la parte de toalla mirando hacia el interior, tocando con la capa de pul, dejando la costura discreta mirando hacia el interior, pero casi me parecía más estético y más práctico en caso de necesitar descoser poner la capa de rizo de algodón mirando hacia el exterior. Más que nada porque una idea que tienen muchos pañales lavables es dejar una especie de bolsillo en la entrepierna donde introducir las capas absorbentes que se necesiten, e incluso poder lavarlas por separado o sustituirlas sin tener que tirar el resto de la pieza. Los dobladillos los cosí con hilo blanco porque se trataba de un prototipo, pero lo bueno que tiene el terciopelo es que con puntada escondida no se aprecian las costuras para nada. 

Una visión más lateral de la pieza. La parte interior queda suave y no demasiado abultada. El pul, que es lo que evita el traspaso de líquidos no se ve y la tela exterior puede hacerse también con una tela divertida, por ejemplo una camiseta estampada si queremos reciclar. No se aprecia mucho pero la parte de los muslos también es elástica en su totalidad (es la parte que me quedó más estrecha una vez sobre el cuerpo.
La braguita en su visión trasera. El pespunte cosido a máquina para hacer la jareta con hilo blanco sí se aprecia. La parte de los muslos cede un poco porque tiene algo de elástico. Abulta aproximadamente lo que un pañal comercial, y permite que el niño se lo pueda bajar de forma autónoma.
 Y ahora viene lo mejor. Después de todo ese trabajo, dedicando todos esos retales al proyecto y haciendo ganas de coser a mano (me da una pereza tremenda), rehaciendo los elásticos porque al principio me habían quedado estrechos de cintura y muslos...¡al niño no le gustó el proyecto ni un pelo, se negó a ponérselo ni una sola vez y al final no lo pude probar ni una sola noche! Y antes de poder insistir un poco para que lo usara más antes de que se nos agotaran los pañales desechables, el peque espabiló un poco y mejor de hacerse pis todas las noches, y empezó a pedir el pis casi siempre.
Así que ya no me hace falta la dichosa bragueta lavable y no os puedo dar referencia de si funciona bien, de si realmente resulta cómoda para el niño, de si es mínimamente absorvente para un poco de pis nocturno ni de si se lava bien. Yo creo que hubiera funcionado peeero ya no me quedan más niños para seguir probando, y mi cuñada no es de las que usan estas cosas.

Si alguien lo quiere se lo mando, si es que no lo acabo guardando para los nietos, se lo regalo a algún entusiasta o reaprovecho de nuevo los retales para un salvaslip lavable (que son más pequeños que todo esto).

La verdad es que yo conocía más o menos este mundillo de los pañales lavables desde antes de tener hijos, pero teniendo mellizos me puse la línea roja de no utilizarlos porque me negué a pasarme la crianza lavando cacas. Este tipo de pañales realmente se amortizan (si se compran) cuando se crian varios niños sucesivos, porque resisten muchos años, más que cuando se tienen varios niños de la misma edad a la vez. Además, la gente suele usar pañales desechables para salir de casa o en las horas que se espera caca, y reserva los desechables sólo para los ratos en los que se sabe que el niño sólo va a hacer pis, porque es cuando realmente pueden resultar más cómodos.
Practicando un poco y con unos mínimos conocimientos de costura la verdad es que es para plantearse hacerse unos pañales lavables como dios manda, con sus snaps ajustables y toda la pesca. Se pueden regalar y siempre se conoce a alguien a quien le pueda interesar. Pero en mi caso no los hice cuando era el momento de probarlos.

Yo solo puedo ofreceros un prototipo que no se ha usado, pero os puede dar una idea para realizar vuestro propio proyecto de braguita nocturna lavable, con elásticos para permitir la autonomía de niños que se saben bajar los pañales cuando les apetece (2-3 años), y reciclando materiales de andar por casa. No es muy cutre aunque haya sido un trabajo en balde, ¿no?

1 comentario:

  1. Me parece una solución buenísima. No tengo bebéspero detenerlos sin dudamos usaría alternando con desechables.

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