28 de enero de 2016

Estuche circular aprovechando aplicaciones de camisetas



Material de partida (no tengo foto, lástima): una sudadera roja con mangas negras con un dibujo de letras chinas en los brazos y un dragón en la espalda. Tenía pequeñas manchas desteñidas en el frontal, ya me estaba un poco estrecha y era demasiado choni para mi look actual. En condiciones normales lo hubiera donado (aunque normalmente la ropa con alguna pequeña mancaha acaba en la basura o hecha trapos) pero el dibujo de las letras y el dragón era demasiado atractivo.

Tras quedarme con la larga cremallera, que nunca se sabe dónde puede acabar, aproveché la tela de camiseta negra y dos círculos rojos que incluía las letras chinas para hacerme un estuche circular. La idea era que quedara blandito, porque me gustan los estuches circulares blanditos que se llenan y adquieren forma con los propios bolígrafos. Pero claro, sin forro ni nada quedaba demasiado blandito.
Pues nada, aprovechando una falda de tejido sintético procedente de reciclaje urbano, ya tengo una tela que vale para forro y es muy rígida; simplemente he desmontado el estuche, he descosido los laterales (no la cremallera) y he cosido el forro haciendo un dobladillo interior que une las dos telas sin afear demasiado. Como no domino mucho la costura circular a máquina y los laterales ya son tan gruesos que no caben bajo el prensatelas, los laterales con las letras están cosidos a mano con puntada invisible con mmuuuuucha paciencia intentando que cuadrase lo más posible sin arrugarse.Despues de varios intentos infructuosos utilice un huevo kinder reutilizado para remendar, que por fin me permitio darle el acabado que yo queria sin seguir volviendome loca.
Los acabados internos son un poco caseros pero al final tengo mi estuche circular un poco más rígido que lo veo bastante "usable" incluso para mis niños en el futuro.

De una falda abandonada he aprovechado la tela del forro, que por algún motivo era muy rígido, negro y con cierto brillo, y lo he cosido a la parte interior del estuche haciendo desaparecer las costuras internas de la cremallera.
Coser los laterales fue una pequeña pesadilla. Por el tamaño de la tela no podían ser perfectamente circulares ni se podía hacer un pequeño dobladillo con la máquina. Tampoco quería que se vieran las costuras demasiado. Al final, los tuve que coser a mano, cosa que odio, con puntada escondida intentando hacer un dobladillo disimulado que redondeara los bordes, descosiendo la labor varias veces porque o quedaban descentrados, o no me gustaba como quedaba la costura. Al final no quedó perfecto pero tampoco es una parte que se vea mucho cuando el estuche está lleno.
Vista superior del estuche, donde ya se aprecia que el forro le da suficiente cuerpo como para "sostenerse" vacío, como si estuviera enguatado.
No sé que significan las letras chinas así que si alguien lo sabe le agradecería que me lo dijera. mira que si he ido por el mundo con tonterías o cursadas en las mangas...Se aprecia un poco que dejé un reborde de la tela negra al coser, como una especie de falso vivo, porque quedaba mucho mejor que coser al ras. Aunque esto me diera algún dolor de cabeza...
¿Que qué pinta una estuche con la tela de camiseta por fuera y un tejido sintético mucho más noble por dentro? Pues porque yo lo valgo, porque me mola así.
¿Y qué pasa con el dibujo del dragón?
Acepto sugerencias de qué hacer con esto.
Pues el dibujo del dragón ha intentado usarse para muchas cosas: para  intentar decorar alguna mochila o alguna funda de algo. Hay un problema fundamental y es que la tela se recortó tan a ras del dibujo para que quedara con forma cuadrada que hay poco margen para costuras, y estuvo un tiempo pegada por los bordes en una bolsa que usábamos para llevarla con el carrito de los niños. Eso significa que los escasos bordes están acartonados y con poco margen de costura en dobladillo como para usar ese cuadrado de tela para decorar nada en condiciones.
Me resisto a utilizarlo para otro estuche circular, en este caso con el dibujo en el cuerpo y tela de camiseta negra en los laterales, pero es una lástima que el dragón no se aprecie entero y de momento lo reservo por si se me ocurre algo más noble.
¿Cómo os parece que ha quedado el estuchito? ¿Lo llevaríais al cole?

21 de enero de 2016

Pañales de aprendizaje lavables con telas que tenemos por casa


Cuando empecé este proyecto, uno de mis hijos aun se meaba en la cama aunque le habíamos  quitado el pañal de día, y no quería ni comprar más braguitas de aprendizaje ni seguir gastando pañales para dárselos cuanto antes al sobrino, que es un año menor.
Los pañales lavables son un paso adelante natural para las que usamos compresas de tela, porque aunque la costura es más compleja, se pueden reciclar prácticamente los mismos retales, que todos tenemos por casa.
Me puse a reciclar retales que tenía por casa para hacer un intento de braguita absorvente. No me acababan de convencer los tutoriales de pañales lavables que se pueden encontrar por la red porque todos funcionan con snaps, y yo queria una braga con elástico para usar por un corto espacio de tiempo, porque no creía que diera lugar a que el niño creciera mucho antes de dejar de usarla. Vamos, parecido a una braguita de aprendizaje, con gran absorvencia pero lavable.

Los materiales son de andar por casa:

  • una bayeta de microfibra grande
  • una toalla de rizo de algodón vieja (ya tenía una destinada a trapo para limpiar pinceles)
  • un trozo de pul sacado de una mochila impermeable, de estas que ahora regalan hasta con las galletas
  • cinta elástica recuperada de otras prendas o que tengamos por casa
  • cualquier tela decente para que se vea por fuera, en mi caso, el inefable pantalon de pijama de tercipelo azul que tanta cancha me está dando (y todavía me sobra mucho material!!!)

El patrón fue obtenido a partir de los propios calzoncillos del niño y una braguita drynight (una muestra obsequio de estas que te regalan por internet), pero me quedó un poco justo de pierna porque el niño es de muslo grande, así que recomiendohacer un patrón bastante ancho y ajustarlo antes de coser el elástico.

Yo no me he complicado la vida: primero he cosido un trozo de toalla a la bayeta de microfibra para dar una capa mas absorvente en la zona crítica, despues he cosido todo eso al pul y despues lo he cosido a la tela principal, aprovechando que tenía que meter un dobladillo para hacerlo hueco y luego meter el elástico con una aguja pasacintas. Las costuras que faltan se cosen con puntada escondida.  Como era una braga de prueba no me esmeré mucho.

Las fotos no siguen un orden muy estricto, pero sirven de orientación. Primero cosí un refuerzo con forma de compresa en el interior del patrón del pañal, dibujado ad hoc en la microfibra siguiendo las medidas orientativas del patrón que tendría un calzoncillo ancho. 

No hace falta remalladora para que quede muy plana la costura entre el rizo de algodón y la microficha: una costura en zigzag o en panal de abeja es suficiente para que las dos telas se fundan sin que quede ningún relieve, de manera que queda una parte central con forma de compresa (algo más ancha en la parte delantera del pañal porque la bragueta iba destinada a un varón) formada por una capa de microfibra y una capa de rizo de algodón añadida.
Visión de la parte trasera de la costura: casi ni se aprecia el tipo de la costura realizado ni el color del hilo (blanco) porque con los pelillos de la microfibra queda todo muy disimulado.

A lo que importa: el cosido anterior se cose con un pespunte a la tela de pul (que como veis viene de una bolsa reutilizada y no importa que contenga dibujos o letras) de forma que la parte de toalla quede orientada a la entrepierna (es decir, revés contra el pul). 
Tras el pespunte se recorta el perfil al ras, en mi caso con una tijera en zigzag para evitar que se deshilache la tela. En esta foto veis la forma del pañal (el tamaño ya depende de lo que necesite el niño). Eso sí, la abertura para las piernas tenía que haber sido más ancha y hay que contar el exceso de tela que necesitaremos para los dobladillos en la cintura y los muslos. Al mismo tiempo que el pul o posteriormente, según como nos apañemos, enfrontamos la labor con el derecho de la tela exterior, para que al dar la vuelta quede el pul contra el revés de la tela anterior, y en la cara interior, la microfibra con el refuerzo de toalla. Al cortar la parte sobrante de la tela exterior contar la tela que se necesita para la jareta.
La parte más laboriosa es ahora ensamblar la bragueta cosiendo los laterales y los dobladillos en cintura y muslos, con la goma elástica en su interior. Como con tanta capa ya quedaba muy grueso, las costuras laterales las hice a mano, y lo mismo con los cierres de las jaretas, que sólo cosí una vez comprobado que la longitud de la goma elástica era suficiente. Como veis quedó descuadrada la parte interior con la toalla y la microfibra porque siempre se me desplaza una de las telas cuando intento coser dos telas juntas en curva. Las gomas elásticas deben quedan prietas para que se adapten bien al cuerpo, sin que queden descolgadas, y a ser posible dejando parte sobrante dentro de la jareta por si hay que descoser y retocar la longitud de la goma elástica. La verdad es que lo podía haber cosido con la parte de toalla mirando hacia el interior, tocando con la capa de pul, dejando la costura discreta mirando hacia el interior, pero casi me parecía más estético y más práctico en caso de necesitar descoser poner la capa de rizo de algodón mirando hacia el exterior. Más que nada porque una idea que tienen muchos pañales lavables es dejar una especie de bolsillo en la entrepierna donde introducir las capas absorbentes que se necesiten, e incluso poder lavarlas por separado o sustituirlas sin tener que tirar el resto de la pieza. Los dobladillos los cosí con hilo blanco porque se trataba de un prototipo, pero lo bueno que tiene el terciopelo es que con puntada escondida no se aprecian las costuras para nada. 

Una visión más lateral de la pieza. La parte interior queda suave y no demasiado abultada. El pul, que es lo que evita el traspaso de líquidos no se ve y la tela exterior puede hacerse también con una tela divertida, por ejemplo una camiseta estampada si queremos reciclar. No se aprecia mucho pero la parte de los muslos también es elástica en su totalidad (es la parte que me quedó más estrecha una vez sobre el cuerpo.
La braguita en su visión trasera. El pespunte cosido a máquina para hacer la jareta con hilo blanco sí se aprecia. La parte de los muslos cede un poco porque tiene algo de elástico. Abulta aproximadamente lo que un pañal comercial, y permite que el niño se lo pueda bajar de forma autónoma.
 Y ahora viene lo mejor. Después de todo ese trabajo, dedicando todos esos retales al proyecto y haciendo ganas de coser a mano (me da una pereza tremenda), rehaciendo los elásticos porque al principio me habían quedado estrechos de cintura y muslos...¡al niño no le gustó el proyecto ni un pelo, se negó a ponérselo ni una sola vez y al final no lo pude probar ni una sola noche! Y antes de poder insistir un poco para que lo usara más antes de que se nos agotaran los pañales desechables, el peque espabiló un poco y mejor de hacerse pis todas las noches, y empezó a pedir el pis casi siempre.
Así que ya no me hace falta la dichosa bragueta lavable y no os puedo dar referencia de si funciona bien, de si realmente resulta cómoda para el niño, de si es mínimamente absorvente para un poco de pis nocturno ni de si se lava bien. Yo creo que hubiera funcionado peeero ya no me quedan más niños para seguir probando, y mi cuñada no es de las que usan estas cosas.

Si alguien lo quiere se lo mando, si es que no lo acabo guardando para los nietos, se lo regalo a algún entusiasta o reaprovecho de nuevo los retales para un salvaslip lavable (que son más pequeños que todo esto).

La verdad es que yo conocía más o menos este mundillo de los pañales lavables desde antes de tener hijos, pero teniendo mellizos me puse la línea roja de no utilizarlos porque me negué a pasarme la crianza lavando cacas. Este tipo de pañales realmente se amortizan (si se compran) cuando se crian varios niños sucesivos, porque resisten muchos años, más que cuando se tienen varios niños de la misma edad a la vez. Además, la gente suele usar pañales desechables para salir de casa o en las horas que se espera caca, y reserva los desechables sólo para los ratos en los que se sabe que el niño sólo va a hacer pis, porque es cuando realmente pueden resultar más cómodos.
Practicando un poco y con unos mínimos conocimientos de costura la verdad es que es para plantearse hacerse unos pañales lavables como dios manda, con sus snaps ajustables y toda la pesca. Se pueden regalar y siempre se conoce a alguien a quien le pueda interesar. Pero en mi caso no los hice cuando era el momento de probarlos.

Yo solo puedo ofreceros un prototipo que no se ha usado, pero os puede dar una idea para realizar vuestro propio proyecto de braguita nocturna lavable, con elásticos para permitir la autonomía de niños que se saben bajar los pañales cuando les apetece (2-3 años), y reciclando materiales de andar por casa. No es muy cutre aunque haya sido un trabajo en balde, ¿no?

14 de enero de 2016

Álbumes de huellas de bebés arramplando con toda la basurilla que tengamos por casa (lo que se viene llamando scrapbooking)

Aprovecho de nuevo que mis peques han cumplido 36 meses para mostraros cómo doy salida a los objetos que acumulo en plan Diógenes, y todo porque me da pena tirar según qué cosas. Técnicamente se llama scrapbooking; en mi casa se llama ser una cutre y una guardija.
Desde el primer mes de vida de mis hijos les saco las huellitas de manos y pies para hacerles un álbum (sólo tengo uno, ainsss, tendrán que compartirlo) como recuerdo.
Pues bien, ya lo he acabado porque decidí ponerle punto y final a los tres años. Ya bastante trabajo cuesta sacar imaginación para rellenarlo entero. He podido reciclar bastantes cosas, os pongo algunas fotos de las láminas más significativas. Las cartulinas son las que vienen en los blocs de manualidades de Crelando que venden varias veces al año en el LIDL. La decoración, toda clase de basurilla que ande por casa:
  • Flores secas y algún lazo con publicidad, o puntillas, que no vamos a usar para otra cosa.
  • Trozos de papel de regalo, papel para manualidades o papel decorado, fieltro...
  • Adornos de los que vienen en las etiquetas y las bolsas de navidad.
  • Plumas, antifaces y adornos de cotillón de nochevieja.
  • Naipes, pegatinas, cromos...

La tapa del álbum, de cartón corrugado, unas letras de papel decorativo (de unos blocs que venden en Bricor) y unas pegatinas del chino que antes estaban decorando el marco de un espejo de sobremesa. No se aprecia pero las letras tienen relieve y brillos.


Huellitas del primer y el segundo mes (del primer mes no hubo huevos de sacarles la huella de la mano en condiciones porque no la abren bien). Ainnnss por entonces cabían 6 huellas en una cartulina. El reno está sacado de una etiqueta del Corte Inglés, la nieve es papel sacado de una taladradora, la cinta de regalo la tenía para otra cosa, la etiqueta del regalo es de las felicitaciones de Artis Muti, de hace mil años. Las témperas con las que saco las huellas están medio fosilizadas. Fijaos que se aprecia que Alejandro era más grandote que su mellizo.
Atención al estirón de los 5 meses. Las letras están hechas con papel decorativo de unos blocs de papeles del mundo que venden en el Bricor. La mariposa está hecha en papel amarillo, marcada con rotulador y decorada con brillantina roja y azul, aunque no se aprecia en la foto. Muy resultona para repetir y decorar cualquier otra cosa.

Un lazo sacado del envoltorio de un kit de geles de baño regalado, con lavanda recogida en mi pueblo, y las letras escritas con rotulador brillante comprado en el LIDL. Yo al LIDL tengo que ir con tiento para no fundir la Visa cuando venden material de escritorio. Estos lazos tan anchos y que están escritos por una cara sólo sirven para esto o como bies de costura, pero no los tiro ni de coña.
A falta de materiales más nobles, y como conviene que la decoración sea planita, se aprovecha cualquier trozo de papel que haya sobrado. Los papeles plateados y dorados nunca los tiro.

Pedazo estirón que pegó el Alejandro. Más flores secas y una cinta escamoteada a mi madre que data del siglo III antes de Cristo. Los cartones blancos los saco de los paquetes de las medias o cualquier otro envoltorio. Con las huellas fallidas les he hecho tarjetas de recuerdo a las abuelas en conmemoración de las fechas clave: 1, 2 y 3 años.
Los redondeles están sacados de cartulinas decoradas; las letras que parecen de strass, de un adorno de unas botas que ya estaban rotas. ¿Eran unas botas? No recuerdo, el caso es que eran tiras de cuadraditos brillantes que se pueden reciclar para otra cosa.

En vez de tirar el cotillón de nochevieja aprovechas los adornos, junto con un poco de purpurina que va bien para todo y rotuladores mágicos que cambian de color.
Los retales de papeles adhesivos que se aprovechan para otras labores no se tiran, que nunca se sabe cuándo los puedes necesitar... Que por cierto, que las huellas están sacadas con pintura de témpera pre-fosilizada de cuando Franco era corneta. Si es que yo no tiro de nada...
Un corazón de fieltro sacado de un espantabichos que venía en una maceta con flores que compré o me regalaron, pero que se puede elaborar fácilmente en todo caso, y un resto de piculina que compré en su día para hacerme una gargantilla barata (de cuando se llevaban los collares muy apretados al cuello y con efecto de tatuaje).
Laca de uñas con purpurina y un colgante de flores que ya que no iba a servir para otra nochevieja ni para una disfraz de hawayano, se usa para otra cosa.
Al hermano le puse unos restos de cotillón de nochevieja y unas letras hechas con laca de uñas metalizada, regalada, para más inri. Que las lacas de uñas vienen fenomenal para pintar. Unas cartulinas lucen más que otras, pero qué narices, lo que importa son las huellas.
Más aprovechamiento de adornos de Navidad de las compras del Corte Inglés; encima yo no soy clienta habitual, todo procede de regalos.
Unas plumas de decoración de Mona de Pascua o de adorno de copa de helado conservadas a propósio, sabiendo que algún día iban a tener un final mejor.
Los meses que falla la imaginación bastan unos papeles de colores para hacer algo apañado.
Revoltijo de aprovechamiento variado: retales, restos de papel, brillantina, cintas...Horror vacui.

Simples letras hechas con fieltro.
Con unos naipes incompletos (de una baraja muy vieja a la que faltan muchas cartas) se pueden buscar "buenas manos" o "jugadas" para que si las usamos para decorar una tarjeta de felicitación o lo que sea tengan un sentido. Por ejemplo, unos dúplex en el mus (tuve que recibir asesoramiento del maromo porque yo casi no me acuerdo de estas cosas). Los entendidos pillan el chiste y han quedado muy coloridas sobre fondo negro. Con tanta decoración de cartulinas no gano para tanto rotulador plateado.
Con el mismo resto de baraja, las "31", que también es una buena baza en el mus. No tenía naipes adecuados para jugadas mejores, lo siento; ya he dicho que me quedaban pocas cartas. Los ases y los reyes dan mucho juego porque se pueden buscar dobles sentidos para una tarjeta de felicitación.

Por el grosor del conjunto y el tipo de abertura que yo le quería dar, no le quise poner una encuadernación japonesa, que queda muy aparente para estos trabajos manuales. Así que simplemente hice agujeros con una taladradora y he aprovechado unas anillas que llevan rondando por mi casa al menos 20 años. Se podían haber aprovechado anillas y aritos procedentes de cualquier cosa, o haberlo encuadernado con unos lazos (aunque sé por experiencia que luego el libro queda más incómodo de abrir).
Y el libro de huellitas abierto sin problemas. Con tanta decoración queda un libro de dos dedos de ancho, y ya lo he guardado en una de las bolsas de papel tan bonitas que me dieron junto con los regalos de nacimiento de los bebés. Listo para que pasen las décadas por él. Aunque también podría haber hecho una funda de tela cosida en condiciones...

A lo tonto he gastado casi todas las cartulinas de este tamaño que vienen en los blocs de Crelando. Unas láminas salen mejor que otras; es que no se puede tener buen gusto y ser original todo el rato.

Las huellas de los meses clave (12, 24 y 36) se las he sacado por duplicado para montar un cuadrito para las abuelas y que tengan un recuerdo de crecimiento, también con cartulinas decoradas de Crelando. Como tienen dibujos preciosos por ambos lados, son ideales para pequeñas tarjetas de este estilo.

¿Qué os parece? Parezco la loca de las cartulinas y la papelería, me tengo que contener para no acumular de todo, pero siempre encuentro la manera de darle un uso.  Y eso que yo me lo he cerrado regular, pero quien le quiera poner más ganas, tiene opciones para reciclar pequeños objetos semi-planos de forma casi ilimitada. Luego mi madre me echa la peta por acumular tanta basurilla, pero el álbum le ha encantado. ¿Y a vosotros?

7 de enero de 2016

Reciclar delanteras de tops y camisetas (y quitarle la publicidad a una bolsa de deporte)



Material de partida: la parte de delantera de un top, con estampado de tela de araña brillante. Me quedaba tristemente pequeño pero me gustaba el dibujo demasiado como para donarla. Podía haber hecho un estuche pequeñito (y no lo descarto para un futuro) pero el pequeño cuadrado de tela me venía fenómeno para cubrir la publicidad de una mochila de plástico (odio que se vea la publicidad en las prendas!!), que por aquella época estaban empezando a estar de moda.
Así que no sin muchas dificultades para coser el perímetro con la máquina (la antigua, menos versátil) y que quedara todo más o menos derecho, lo usé para eso. Empleé el mismo bies de los tirantes del top para los bordes laterales, porque a duras penas daba la tela para cubrir la parte delantera de la funda.
El resultado es regulero pero cuando la mochila está llena se disimula bien, y en todo caso cuando me aburra de ella se puede mejorar añadiéndole mejores acabados o volviendo a aprovechar el retal para otra cosa.
La trasera del top es simplemente negra y está esperando un destino mejor (seguramente como forro de algún neceser o bolsito), y lo mismo con los tirantes elásticos: me están sirviendo para coserlos en los abrigos de los niños y que los puedan colgar en la percha del colé.

A continuación os enseño algunos retales que tengo pendientes de aprovechar, así como otras ideas clásicas para aprovechar frontales de camisetas:

La trasera de una sudadero que estaba desteñida y me quedaba pequeña. Tiene esa forma porque está cosida a la trasera de un forro, pero me resisto a utilizarla para un neceser circular porque no se apreciaría bien el dibujo. A lo mejor ahora con la rematadora se puede aprovechar mejor el retal, porque la verdad es que los bordes de la figura están tan al ras del límite de la tela que hay poco margen de costura. Tiene muchas posibilidades pero no me decanto por ninguna idea. ¿Alguna sugerencia?
Otro top que se me quedó pequeño y he recortado el frontal. Contiene dibujos reales encontrados en la galería del sílex de Atapuerca y me parecen muy graciosos. Si alguien busca trazos sencillos para bordar o dibujar con rotuladores textiles, aquí tiene ideas basadas en pictogramas reales.  Así que si quereis aprovechar los de la foto como inspiración...adelante.
El típico final de un jersey con un lamparón de lejía: se salva la parte sana y se hace un cojín. Queda un poco descentrado porque la mancha de lejía estaba en un lateral y no se pudo aprovechar mejor el dibujo. La verdad es que este tipo de estampados queda mejor como cojín que como jersey.
Y de trasera del cojín se aprovecha una tela de raso que en su día se tuvo que comprar pero que es fácil de encontrar si tenemos la precaución de guardar retales surtidos. El relleno de este cojín en concreto también está reciclado de unas espumas de colchoncillo de tiempos de Viriato. Con la máquina de coser este tipo de proyectos se realizan en cinco minutos. 
También se me ocurre que si el dibujo es muy simétrico y lo recortais bien, pueda encajar bien en un marco y se pueda reutilizar como cuadro para una habitación juvenil. En realidad la camiseta sólo vale el valor sentimental que el dibujo tenga para nosotros...

Coser tela de camiseta sin que quede arrugada por un lado o demasiado estirada es todo un arte que aún no he conseguido dominar, incluso con prensatelas "especiales" para ello, así que tengo bien de cuidado es escoger los proyectos para aprovecharlo. a ver si ahora con la rematadora nueva esto cambia.
La moraleja es que si te mola no lo tires, y no te desprendas de ello si te hace llorar, que siempre hay un proyecto DIY apañado para reciclarlo!!!!

(Mientras tanto a ver si consigo convencer al maromo de que me de más camisetas viejas sin usar para aprovechar el dibujo y hacer una funda para relleno nórdico...Podeís "ayudarme" votando simbólicamente en la encuesta del lateral del blog. ¡Gracias!)

2 de enero de 2016

Mis nuevas niñas, y de paso una funda para la overlock con camisa de hombre reciclada



Os presento mi autoregalo de reyes (anticipado), no me he podido resistir, saqueé el LIDL con la oferta de este año:
la Singer Brilliance y (decisión de última hora motivada por la insistencia de una costurera en la cola mientras esperábamos a que abrieran la tienda) y la remalladora Singer.
Hala, dos trastos más.







De momento estoy contenta porque la relación calidad-precio es imbatible, si el uso que les vas a dar es para costura doméstica.
La Brilliance es mucho más silenciosa y se nota en las piezas que tiene mucha más calidad que mi anterior maquina mecánica (una AEG comprada en Media Markt, con la que ni siquiera tienes servicio post-venta), aunque no me gusta el asa ni su visión trasera.

Mi pobre vieja máquina; mientras me espero si venderla de segunda mano la conservaré con el prensatelas de doble arrastre colocado por defecto, y la usaré para los trabajos más ingratos.
El libro de instrucciones está un poco más completo que el de la anterior pero sigue estando mal traducido y con explicaciones escasas para las costureras novatas, aunque mejores que el de la AEG, que está lleno de anotaciones mias intentando aclarar lo indescifrable. Además que la Brilliance sea electrónica es un lujo y te permite unos bordados decorativos preciosos que dan mil ideas (mi favorito por el momento es el de hojitas). Ya no haré tanto ruido mientras coso durante las siestas de mis hijos. Eso si, el descosedor que trae con los complementos, peor que el yo tenía. Y trae prensatelas interesantes, como el de roulotte, que yo me había comprado ya un surtido de prensatelas. Ains, de haberlo sabido...Ya no se qué voy a hacer con tanto prensatelas repetido, la verdad...

Mi anterior máquina está muy maltratada, ya se salió de punto y me tomé la molestia de arreglarla (por un tercio del dinero que costó, aunque a decir verdad me la regalaron) y sigue sin ir muy fina: el ajuste de las tensiones es una lotería y no para de romper agujas e hilos, sin contar el tiempo que empleas en descoser bucles inferiores e hilvanes que hace por error. Al final acabas pillándole el tranquillo, pero la ruleta de la longitud de la puntada está al revés y la puntada más larga te la hace en la posición 4 (de más corta). Me ha hecho sufrir un poco.
Mientras decido qué futuro le espera la conservaré con el prensatelas de doble arrastre colocado por defecto y la dejaré para coser los materiales más gruesos y desagradecidos (como mi creciente industria de compresas de tela), mientras dedico la Brilliance a las labores finas y de precisión, o con la costura vista en telas no muy gruesas. Tiene un arrastre tan bueno que casi te puedes tomar un daikiri con los brazos en la nuca mientras la máquina cose sola sin torcerse (a veces es la costurera la que tuerce la costura por intentar forzar la posición de la tela, y no miro a nadie).

La remalladora impone mucho y tengo pánico de que se me estropee enseguida. Se leen muchos testimonios de estas máquinas descambiadas y enviadas a reparar pronto, con el resultado de que al ser máquinas baratas, en el servicio técnico te la dan como siniestro total porque no vale la pena reparalas.  La verdad es que ya me he dado cuenta de que ajustar bien las tensiones y tenerla bien enhebrada requiere la máxima atención, hay que andar con mil ojos. Tengo miedo de romper agujas o estropear las cuchillas. Una sesión de overlocker requiere un extra de tiempo revisando tutoriales en youtube para no cagarla.
Pero de todos modos ya he comprobado que la gente exagera mucho con la dificultad del enhebrado: basta 10 minutos para entenderlo y enhebrarla con los 4 hilos. Como soy muy torpe al principio se me desenhebraba mucho, pero ahora ya le pillo el truco. Necesito más tiempo para probarla con distintos tipos de remallado y telas, pero tengo varios proyectos en espera especiales para ello, uno de los cuales no hubiera podido hacerse realidad sin remalladora.

De momento he empezado por practicar el remallado de 3 hilos haciendo la funda a la máquina con una camisa del maromo echada a perder. Con este tipo de camisas una mujer se puede hacer un top o un neceser, pero ese estampado en concreto me parecía demasiado soso y masculino así que la utilicé para hacerme la funda de la remalladora, que corría mas prisa porque ni siquiera venía con una de plástico.

La funda me ha quedado muy holgada, no sé como narices tome las medidas (quiero intentar no quedarme corta y al final me paso de largo). La he querido hacer "cuadrada" porque ya aprovechaba una de las costuras que tenía la tela (aprovechando parte de la espalda y un lateral) y porque la forma de las clásicas fundas no me convencía. Las medidas finales han sido:

Laterales: 28 x 30 cm (aprovecho la parte frontal con el bolsillo sano)
Parte superior: 30 x 28 cm
Frente y trasera: 30 x 35 cm

Se me ha olvidado hacer fotos de la camisa antes de cortarla: tenía una gran mancha de tinta bajo uno de los bolsillos delanteros que estropeaba todo el frontal y algún que otro desgarrón pequeño, así que la he despedazado para aprovechar las telas. La foto es de un detalle de las costuras nuevas hechas por mí.
He aprovechado la parte buena de la camisa con el bolsillo que quedaba para dejarle un bolsillo lateral a la funda de la máquina, que va bien para meter alguna cosilla. Aunque hay gente que se curra unas fundas con forma de semicírculo, yo simplemente cosí 5 partes de tela (porque estaba limitada por el tamaño de las partes de la camisa original). Tomé las medidas un poco holgadas y se me ha quedado bastante ancha, pero bueno, tampoco me gustan muy rígidas. Cada parte está remallada por dentro pero cosida con pespunte en la máquina normal porque el pespunte que da la rematadora con 4 hilos sigue sin parecerme suficientemente resistente: a mi me gusta que si estiras la tela no se vea ni pizca de la costura. La parte de abajo tiene un dobladillo sencillo, a imitación de uno que quedaba de la camisa original.
Y con los pedacillos de tela que quedan hago unas bolsitas muy sencillas, con fruncido de cordones también sacados de vete tú a saber dónde, para tener una funda para el pedal y los cables y otra para las herramientas de costura. Así queda todo a juego y no queda casi ni pizca de tela pendiente de aprovechar.

La funda vista desde arriba. La verdad es que queda un poco informe. Aún me queda la baza de almidonarla para que quede un poco más tiesa y "planchada". No he querido ponerle un asa decorativa de momento para evitar la sensación de agarrarla por allí, pero algún tipo de aplique en la parte de arriba quedaría bien.
Y ya que te pones a remallar labores con costura interna vista que no tienen forro, pues aprovechas una tela idónea para labores de costura que estaba esperando una oportunidad desde hace mil años para hacer bolsitas para los pedales de las otras máquinas de coser. La funda de plástico que viene con la Singer a mí particularmente no me disgusta, pero sí se necesita funda para los cables. Y este retal era demasiado pequeño para una funda entera.
La misma bolsita rellena de los cables. los cordones están aprovechados de una mochila, creo.  El día que yo tire unos cordones...
Hace tiempo que tenía una bolsita hecha con un retal muy pequeño de la misma tela; al principio guardaba allí las agujas de ganchillo, pero encontré un estuche mucho mejor y la bolsita se quedó sin uso. Al final la he puesto un snap (no tenía otro color) y la he dedicado a las herramientas de la nueva máquina. Cabe bien dentro del compartimento específico de la máquina de coser pero las herramientas pequeñitas no andan desperdigadas.
Lo malo de tener estas máquinas es que surgen mil y un proyectos relacionados que por fuerza se ponen en lista de espera por el trillón de cosas que tengo pendientes.  No me da el día para tanto proyecto. Hay que sumarle el tiempo empleado en ver tutoriales y hacer probatinas, pero creo que siempre es buena cosa tener herramientas así porque facilitar que los resultados puedan ser más profesionales es un incentivo para seguir trabajando en la costura.
¡Deseadme suerte con mis maquinitas!