23 de noviembre de 2016

Decorar el árbol de Navidad con galletas (y otros objetos reciclados)




Una manera barata de decorar el árbol de navidad a la vez que amortizamos el tiempo que dedicamos a la repostería navideña es decorar con galletas de jenjibre.
Basta hacer un agujerito con una pajita justo antes de hornear para poder colgar después las galletas.
Yo sigo la receta de Alma Obregón (última receta del video) y la verdad es que siempre quedan fenomenal, casi no merece la pena ni decorarlas salvo que las quieras regalar.
Horneas una tanda, las cuelgas, y a la que pasas por allí con un té calentito ZASCA, te zampas una galleta. Eso sí, mejor que no duren más de un par de días porque se reblandecen, y estas galletas tienen que quedar crujientes.
Yo encuentro que es una decoración ideal para el árbol cuando vamos a recibir visitas en casa.

Para darles color, utilicé colorante alimentario en gel de Dr. Oetker, que realmente no recomiendo porque tiene muy poca potencia de color. Gastas una barbaridad en poder obtener el color rojo, por ejemplo. Además como la masa de galletas de jenjibre es marrón por efecto de la melaza, el verde se desvirtúa (hay que ajustar la cantidad de amarillo y azul), el amarillo apenas de nota (aunque "sube" de tono con el horneado) y el azul queda grisáceo-negruzco. Es mejor usar colorantes líquidos de calidad repostera. Basta separar pequeñas porciones de la masa madre y amasarlas junto con el colorante hasta que quede un color homogéneo. Después debe reposar en la nevera igual para que se endurezcan.

Varias galletitas del mismo estilo. Los colorantes no aportan sabor a la galleta.

Ya que te pones a hornear arbolitos, le sacas partido a los otros moldes. Yo en mi caso no cuelgo los hombres de jenjibre porque mi molde es muy grande  (casi de un palmo de alto) y no quedan bien una vez colgados. Pero los regalas a tus amigos por Navidad y quedas fenomenal. También les hace mucha ilusión a los niños.

También he intentado decorar galletas con glasa hecha a mano, mezclando azúcar glas con gotas de leche hasta que quede pastoso, y luego colorearla. Una receta tan básica, sin espesantes, de la glasa, no es recomendable, porque realmente no queda consistente y luego gotea por todas partes. Os muestro sólo las mejores galletas (y es un decir) porque las demás fueron un desastre. Mejor usar glasa comercial coloreada (la venden en tubo) o chocolates para escribir. O simplemente decorar con trocitos de la propia masa de galletas y que los detalles queden en relieve pero del mismo color que el resto de la galleta.
Más figuritas de jenjibre. Tengo que mejorar la decoración de la cabeza. Recomiendo moldes pequeños porque aunque luego casi no se puedan decorar, dan lugar a raciones más razonables, y no se da lugar a que el borde quede crujiente y el interior demasiado blando (a no ser que esa sea la textura que se desea).
Ya puestos a decorar sin dulces, y sacrificando el objeto para la causa puesto que se va a caducar sin ser comido, es aprovechar los bastoncillos de azúcar que a veces acompañan a las bolsas de regalo. Quedan muy bien en el árbol, mejor que atiborrarlo de bolas que parecen cagadas por unicornios estreñidos, y desde luego están mejor ahí que dándole trabajo al páncreas. La campanita en este caso iba incluida pero se pueden reciclar ese tipo de campanillas de botellas de licor, adornos de bolsas navideñas...

Ese reno de fieltro, que por otra parte es muy fácil de imitar, no está creado por mí, si no reciclado del adorno de un regalo de navidades pasadas. Su reno gemelo acabó decorando el libro de huellas de bebé de mis hijos, ¿os acordáis? 
Si os fijais en el detalle de las piñitas de la foto anterior, vereis que también son "recicladas". Son pequeñas piñas de pino negro o pino silvestre, que por su tamaño y abertura son más discretas que las de pino piñonero, pintadas con spray de plateado o cobre (no tengo dorado), y colgadas sin más de un hilo. Os aseguro que aportan una elegancia al árbol que no da ninguna bola comprada, porque añaden naturalidad a la vez que rellenan pequeños huecos en los que otro adorno más grande quedaría mal. Así aprovechamos los tesoros que nos traemos de la excursión al campo con los restos de spray que tenemos de otras manualidades.
Diversos tipos de piñas, unas más lucidas que otras, y que por tamaño no son adecuadas para colgar en el árbol, pueden acabar decorando cualquier centro de mesa. Las cobrizas la verdad es que parecen piñas reales pero conservadas con un color más favorecedor. También he intentado el juego de pintarlas de un color y mojar el reborde con otro, si os fijáis. De la misma manera, se podían haber decorado con un poco de brillantina. 
El primer año que compré el árbol (en la liquidación de pasadas las fiestas, por eso tengo un pedazo de árbol de lujo comprado a mitad de precio) no llegué a tiempo de comprar una estrella a juego, pero siempre te puedes agenciar una haciendo origami con alguno de las múltiples cartulinas y hojas plateadas (o doradas) que previamente has ido acumulando a partir de folletos de publicidad, bolsas de compra... Las instrucciones para esta estrella tan lucida (aunque un poco asimétrica) están aquí. A mí me quedó mal, pero os recuerdo que también existe la posibilidad de hacer adornos en forma de estrella con CDs reciclados (esto es mucho más laborioso y a mí no me quedó bien).
Por favor, dejad los árboles de Navidad llenos a reventar de bolas gordas llenas de purpurina y objetos de decoración ochenteros supervivientes de navidades pasadas para las suegras y decorad vuestro árbol de forma discretas con pequeños objetos reciclados y baratos, muy personales...¡¡incluso comestibles!! Quedará muy elegante porque a menudo, menos es más.
¡Felices fiestas a tod@s!

1 de mayo de 2016

Funda para juego de tijeras: mi experiencia



Perdón por el retraso en las publicaciones: algunos asuntos personales me han tenido absorbida, estoy de remodelación en casa y he pasado unos meses de gran fatiga. La caja de labores y de objetos que me da pena tirar y que están esperando una segunda oportunidad se me acumula. Las máquinas de coser crean telarañas. Vamos a ver si poco a poco voy retomando el ritmo.
Hoy os presento una funda de tijeras, una labor de culoveísmo que no me ha dado un resultado satisfactorio, aunque no es muy diferente al de las fundas que tantas costureras presentan por ahí.

Aprovechando un trozo pequeño de una tela ideal para asuntos de costura que me sobró de hacer las bolsas para los pedales de la máquina de coser, me puse a hacer la imprescindible funda para el juego de tijeras que tiene todo el mundo.

El patrón se inspiró en uno muy corriente (por ejemplo, reflejado en esta página) pero lo tuve que retocar porque no se ajustaba al tamaño de mis tijeras. Aproveché tele de camiseta pequeña y manchada y un retal viejuno estampado; se cose el reborde del patrón con la máquina, acabando el agujero para dar la vuelta con puntada escondida. Aquí es donde veo el principal fallo de esta labor: requiere de entretela, capa acolchada o del uso de unas telas muy recias; de lo contrario el resultado es blando y las tijeras se caen, porque la funda no es suficientemente rígida. No aguanta bien el peso de las tijeras.
El material de partida: retal estampado birlado de hace mil años y un top viejuno pequeño y con una mancha de lejía. Los tirantes se conservan como elásticos para colgar los abrigos de los peques y el resto es un trozo de tela de camiseta que sirve para hacer forros y trapillo.















El resultado por la cara interior, antes de planchar. Tras plancharlo ya se queda bastante planito y yo no quiese estropear el exterior pespunteando en el borde para que quede aún más lisito.
 Para darle el aspecto en zigzag, se dobla y se cosen los laterales y el fondo, a mano con puntada escondida porque yo no quería que se viesen festones ni pespuntes en el borde (eso ya es cuestión de gusto y de arriesgarse a que la máquina de coser se salga de punto). Y ya caben las tres tijeras bien bonitas peeeeeeeeeeero este trabajo requiere, insisto, haber usado guata o algún relleno rígido porque no me gusta ni un pelo que la funda no quede muy rígida. De momento se queda así pero lo mismo cuando tenga el elemento óptimo para dar rigidez me da por retocarla, aunque luego no sé si se podría doblar la funda tan bien... De todos modos es una buena idea para tener un juego de tijeras bien ordenado, aunque yo tengo tendencia a preferir tenerlas sueltas en la caja de costura...

La trasera también queda con la tela de carretes, pero eso implica que la tela azul también tenga mucho protagonismo. El pico final tiene que estar muy reforzado porque sufre el peso de las tres tijeras. Con este tipo de molde, mis tijeras medianas quedan demasiado escondidas y las grandes, un tanto descentradas, pero al menos están protegidas.

Lo que importa: culoveísmo completado. :)

7 de marzo de 2016

Repostería "dietética": cupcakes de plátano y chocolate con edulcorante, reducción del índice glucémico y reducción de calorías


Este blog en principio no está dedicado a las recetas de cocina, pero como entre mis aficiones también está la repostería quiero compartir también en la red alguna experiencia.

¿Por qué hacer repostería en casa, si en el supermercado venden de todo?

a) Porque puedes elaborar preparaciones que no se venden en las tiendas.
b) Porque no te soplan más de 20 euros por tartas que son mierdas químicas, con listas de ingredientes que parecen el Quijote, o por la enésima tarta Sacher.
c) Porque puedes aprovechar alguna fruta o frutos secos que te hayan sobrado.
d) Siempre queda más resultón decir que lo has hecho tú. Triunfas en las reuniones sociales.
e) Porque estoy hasta los mismísimos de ir a comprar una tarta y que todo sean bizcochos blandurrios rellenos de mousse de trufa y recubiertos de chocolate. Odio los sabores industriales habituales. La trufa en concreto y las toneladas de chocolate también.
f) Hay pocas opciones de repostería con edulcorantes, o "bajas" en calorías.

Ahí es donde entramos en la polémica. Para un repostero profesional, "repostería dietética" es un oxímoron, un imposible. La repostería no puede ser light, ni baja en calorías. Un repostero ortodoxo te dirá que si no quieres comer una bomba de azúcar y calorías, que no comas repostería, o que comas raciones infinitesimales, pero que meterle edulcorantes a la repostería es un anatema.
Yo no soy tan talibana y no creo que pase nada por bajarle las calorías o el índice glucémico a una receta. Si en vez de meterte 500 calorías pal cuerpo te metes 200 sin renunciar al sabor ni a ser la única que no coma tarta en un cumpleaños, pues eso que has ganado. Mejor sería meterte sólo 10 calorías, es cierto, pero eso ya sería comer apio.

Me gustaría dominar algunas recetas reporsteras que me gustan especialmente y, en algunos casos, adaptar la receta para usar edulcorantes y hacerlas aptos para diabéticos. En mi curro tengo un compañero diabético y uno intolerante a la lactosa, y ellos son mis habituales devoradores de prototipos, así que primero por ellos y segundo por mis lorzas estoy probando recetas sin azúcar y sin lactosa.

De todas las recetas que he probado hasta ahora, la que más ha triunfado es la de cupcakes de plátano y chocolate, de Alma Obregón. En ese link teneis la receta original. Imbatible en sabor y textura. Así que ha sido la elegida para probar la VERSIÓN "DIETÉTICA"DE CUPCAKES DE PLÁTANO Y CHOCOLATE (con sucralosa, reducción del índice glucémico y reducción de calorías)

Se trata de imitar el proceso anterior pero eliminando

a) la cobertura de chocolate, que según la receta original queda excesivamente dulce y con sabor a azúcar glas a pesar de la tremenda cantidad de cacao que lleva, y que incluso roba protagonismo (vamos, "molesta" al sabor) al cupcake en sí. Además da muchos problemas de manipulación si no está semisólido (porque al menor calor tenemos una paparreta de chocolate que chorrea por los bordes del cupcake en vez de hacer bonito). Es con diferencia lo que más ensucia en la preparación, lo que peor aguanta el paso del tiempo (si metemos los cupackes en la nevera para que aguante el chocolate, perjudicamos la textura de la masa) y para colmo, es la responsable de la mitad del dinero que cuesta la receta (el cacao es lo más caro y gastas una burrada de azúcar glas, más el maldito plátano deshidratado si queremos que quede fetén).

b) Se sustituye el azúcar por sucralosa sin que se vean modificadas sustancialmente el resto de cantidades.
El azúcar en una receta no sólo es responsable del dulzor, si no de la textura y color de la masa. Es un ingrediente dificil de modificar sin perjudicar seriamente el resultado. Pero en esta receta, su eliminación no se nota nada!!! Porque buena parte del espesor de la masa depende de la harina y el plátano y el color igualmente queda amarillento por efecto del plátano, que también aporta un sabor dulce que "mata" cualquier atisbo de regustillo químico que de el edulcorante. Hay que haber probado las dos versiones y tener un paladar gourmet para apreciar diferencia. La sucralosa es el único edulcorante resistente al horneado que yo he podido encontrar "fácilmente" en el supermercado.

c) En  vez de utilizar harina refinada, se usa harina integral. Esto contribuye a dar color y textura "más recia" pese a haber eliminado gramos de azúcar en la masa, sin tener que añadir más cantidad de otros ingredientes. El valor nutricional de la harina integral es muy superior al de la harina refinada y su consumo es más indicado para diabéticos. La harina integral baja el índice glucémico del resultado (obviamente lo deduzco, no lo puedo demostrar experimentalmente).

d) El eliminar la cobertura-bomba y el azúcar y dejar como opcional la adición de chips de chocolate y nueces (aunque las nueces sí las recomiendo), el valor calórico de la broma  me atrevo a decir que se reduce a la mitad. Pongamos que las calorías de un solo muffin de plátano (sin cobertura) ronde las 300 calorías; con la nueva receta yo creo que bajaría ampliamente de las 200. Y, queridos amigos, 200 calorías ya es lo que te comes en un miserable trozo de pollo asado o un trozaco de pan. La diferencia es que el cupcake está mucho más bueno, así que en vez de merendar un trocito de queso semicurado meriendas uno de estos con una infusión sin azúcar y te das el gustazo.

Así que me perdonen los nutricionistas  y los reposteros pero yo dejo mi receta de magdalenas de plátano para los que tengan el capricho pero no quieran meterse una bomba azucarada para el cuerpo cada vez que los comen.

Si a eso le quitas la boñiga de unicornio que sabe a azúcar y el plátano deshidratado que no aporta nada, te queda lo que realmente importa que es la magdalena con saborcito a plátano y trocitos de nueces, que es la receta que sugiero yo.

Cupcackes de plátano y chocolate sin azúcar

80 ml de aceite de oliva sabor suave (o en su defecto girasol)
2 huevos
3 plátanos grandes maduros, 2 de ellos triturados para hacer una pasta, 1 machacado no muy fino con un tenedor
10 gr de sucralosa granulada
220 gr de harina integral
1 cucharadita de levadura química
½ cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita de canela molida
100 gr de nueces picadas
un puñado de chips de chocolate o chocolate 70% de repostería troceado (opcional)

Elaboración:
Batir a mano con varilla el aceite y la sucralosa, y añadir los huevos de uno en uno, hasta que quede espumoso. Incorporar la harina tamizada junto la levadura, el bicarbonato y la canela. Será necesario combinarlo con la incorporación del plátano batido para que quede bien integrado y no quede una consistencia demasiado espesa. Por último, añadir el plátano troceado, las nueces y los chips de chocolate (opcional).  Repartir en las cápsulas de cupcakes (hasta 2/3 de la altura) o en otro molde. Se  pueden añadir más chips de chocolate por encima para decorar.
Hornear a 180ºC unos 20 minutos con calor arriba y abajo. Sacar inmediatamente del molde y dejar enfriar sobre una rejilla.

Conservar en lugar fresco, seco y  hermético.

Para un resultado palatable y degustable recomiendo el plátano troceado, las nueces partidas e incluso el chocolate (al menos un par de chips por cupcake por encima para decorar), pero si se desea hacerlos aún menos calóricos, se puede suprimir uno de los plátanos  y los chips de chocolate, e incluso eliminar las nueces (aunque yo lo siento, me pirra el toque crunchy). La masa tiene que quedar como un puré espeso con tropezones, así que añadir más plátano u otros ingredientes sólo aumentará el número de cupcakes resultantes sin tener mucho impacto en la blandura de la masa. Cuidadín con meter más de 3 plátanos grandes porque si la masa queda muy húmeda, no se cocerá bien por dentro.

Como veis, he reducido ligeramente la cantidad de aceite y harina de la receta original porque como digo, con el plátano batido ya aprovechamos para "licuar la masa" con respecto a la harina pero darle consistencia pese a haberles quitado gramos aquí y allá. 

Esto es lo que queda en un cupcake de plátano cuando le quitas la boñiga de chocolate que sólo sirve para hacer bonito y empalagar al más goloso. Si les dices a tus amigos que son bajos en calorías como que la gente se los zampa con más gusto...

Acerca de la equivalencia de sucralosa respecto al azúcar: el fabricante la estimaba en que 0.5 gr de sucralosa (una cucharadita) equivale a 3 gr de azúcar (una cucharadita). Aunque el azúcar moreno no tiene el mismo dulzor que el azúcar blanco, pongamos que 150 gr de azúcar (cantidad estándar en repostería) equivalen a 25 gr de sucralosa (un tercio del envase!!) Y en mi receta puse menos y no por eso se notó poco edulcorado porque el sabor del plátano lo enmascara todo.

AHORA BIEN

Acerca de las implicaciones sobre la salud de los edulcorantes: podeis hacer caso a gilipolleces y leyendas urbanas o ir siguiendo la evidencia científica publicada hasta la fecha (aquí el link de la FDA hablando de aditivos y aquí el de la Agencia Europea, más estricta).


Al final de los que se trata es de saber que existe una alternativa horneable al azúcar con buenos resultados; el consumo de estos dulces en una dieta saludable debería ser igualmente reducido. ¿Yo qué horneo, una vez al mes en mi época más repostera? Y luego el 90% de los cupcakes se los comen terceras personas... creo que mis tocinos se deben a otra cosa...

AHORA BIEN (II)

Menudo chasco me llevé cuando miré bien el apartado de ingredientes de la sucralosa que compré yo (Sucralosa Auchan). En realidad la composición es: maltodextrina y sucralosa 1% . ¿Qué tomadura de pelo es esta? La maltodextrina es un polímero de la glucosa. O sea que igualmente estás poniendo glucosa...aunque con un valor energético de 376 kcal por cada 100 gr (vamos, 38 kcal en toda la receta, muy poco, menos que lo que aportaría una cebolla). El azúcar de mesa aporta 387 cal por 100 gr, casi lo mismo, o sea que la publicidad de "bajo valor energético" que ponía en el envase se consigue sólo por la reducción en los gramos totales que se añaden a la receta, no a la ausencia de glucosa en el compuesto!!! Me parece un poco fraude.
Así que después de todo este asunto, consejo: comprad sucralosa altamente concentrada, y no una tomadura de pelo como la que encontré yo. Es difícil encontrar edulcorantes horneables en los supermercados, ¿por qué será?

Aparte de toda esta controversia entre si edulcorantes sí, edulcorantes no, publicidad engañosa, repostería light o no light y demás...¡¡os recomiendo encarecidamente probar la receta!

29 de febrero de 2016

Pendientes de ganchillo aprovechando unos pendientes de aro viejos


¿Tenéis por casa los típicos pendientes de aro grande que se pusieron de moda en los noventa?
Ahora la verdad es que dan un aspecto demasiado étnico, cuando no choni directamente. 
Estos son a los que me refiero. Realmente es un tipo de pendiente atemporal,  pero de un tiempo a esta parte se vienen asociando a un tipo de estética con el que no me siento reflejada.
Yo tenía dos pares de un diámetro considerable, y ya estaban deformados, sin brillo.Ya sabéis que los pendientes de plata se pueden limpiar con limpiametales, con pasta de dientes, o metiéndoles en un recipiente recubierto de papel aluminio lleno de agua caliente con sal.
Para preservar su brillo, existe un barniz especial para metales que evita que la plata, la alpaca y similares se ennegrezca.

Los aros de arriba, además de grandes, están ennegrecidos sin solución posible, y muy pasados de moda. Los de abajo, que tienen un pequeño relieve, no estaban del todo mal, salvo que tenían el cierre muy suelto y aunque no se aprecie en la foto, habían perdido la forma de circunferencia y estaban muy abollados, aparte de haber perdido su brillo. Hora de intentar darles una segunda oportunidad en vez de dejarlos aburridos en el joyero.

Pero si realmente tienes aros de estos, han perdido para siempre su forma de circunferencia perfecta, su cierre está dado de sí, y no hay abrillantador que los recupere, les puedes dar otro aire haciendo unos pendientes de ganchillo que serán aún más étnicos o llamarán más la atención.
Además si tienes aros desparejados puedes usar lana o hilo de ganchillo dorado, plateado o con algún efecto brillante para hacer una decoración navideña barata.

Este es el gráfico que he seguido yo para rellenar un aro de 4 cm de diámetro. 
Perdón por el cutrerío pero creo que las corchetes se apañarán siguiéndolo. Aquí tenéis una guía de símbolos de crochet.
En cinco minutos por pendiente lo puedes tener hecho. He utilizado hilo de crochet 100% algodón del número 5; quizás un poco grande para lo que requiere la labor. Tiene que hacerse en un genero que no se deshilache para que se vean bien marcados los puntos y con una aguja no demasiado pequeña para poder pillar los puntos en condiciones. Evidentemente, en color negro los puntos no se acaban de marcar bien.

Para las que no se apañen nada con esta clase de gráficos, a pesar de que es tremendamente simple, resumo los pasos:

  • Ronda 1: círculo mágico de 5 cadenetas unidas entre sí por un punto bajo.
  • Ronda 2: Hacer tres puntos altos cerrados juntos en cada cadeneta, separados entre sí por dos puntos de cadeneta. Cerrar el círculo con un punto bajo.
  • Ronda 3: Hacer tres puntos altos cerrados juntos (X2) y tres puntos de cadeneta; repetir hasta cerrar el círculo.
  • Ronda 4: unir al aro con puntos bajos (dos por cadeneta de base si se quiere que la unión al aro quede más cerrada) trabajando como sigue para que quede un efecto de puntilla: tres cadenetas, cerrar con un punto bobo en el punto inicial, cinco cadenetas, unir con punto bobo en el punto inicial, tres cadenetas, cerrar con un punto bobo en el punto inicial; unir con dos puntos bajos por cadeneta de base para unir el aro hasta el siguiente punto decorativo; tres cadenetas cerradas con punto bobo en el punto inicial. Cuando llegue el momento de acabar la labor se tejen cinco cadenetas (en la tercera engarzamos el enganche del pendiente, que previamente habremos enhebrado) y un último punto bajo unido al aro. Rematar con punto bobo y cortar las hebras sobrantes.

Hay otros patrones más complejos en la red, aunque hay que tener en cuanta que requieren un tamaño de aro gigante y el resultado es poco discreto. Una vez dominada la técnica se puede sofisticar el ganchillo colocando abalorios en lugares estratégicos.
Lo bueno que tiene esta técnica es que se puede deshacer y rehacer cuantas veces se quiera para aprovechar el aro original, incluso retornar a él si los echamos de menos.

Mi modelo está basado en este rosetón de seis repeticiones, que quedaba demasiado holgado para el diámetro del aro. 

No es conveniente tejer pendientes tan grandes sin un soporte, porque no quedaría con la rigidez suficiente. La mayoría de pendientes a crochet que no se tejen dentro de un aro son pequeños. En cambio un aro se puede cubrir incluso a punto bajo simplemente para cambiarle de color, o decorarlo por dentro con la forma de rosetón que queramos, más o menos complejo. Hay multitud de motivos para inspirarse. No recuerdo de qué web saqué este modelo en concreto, por eso no la referencio.

La mayoría de pendientes de crochet son derivaciones del mismo esquema así que es cuestión de improvisar y adaptarse al material.  Siempre llega un punto en que la labor se une al aro mediante puntos bajos (entre los que se suele alternar algún tipo de punto decorativo), que se realizar pasando la aguja por debajo del aro para coger hebra, y luego cerrando el punto por encima del aro para que quede aprisionado cuando acabemos el punto.

Cuidado de que la parte tejida no quede ni muy tensa  ni muy holgada; debe quedar plana una vez unida al aro.

Si el cierre del aro está muy dado de sí es mejor ponerle una gota de pegamento para que no se nos abra el aro mientras trabajamos y se nos salgan los puntos.
Como me da mucha rabia que se vea el plateado entre las cadenetas de crochet he pintado previamente los aros con laca de uñas negra.

Más que nada porque en una primera versión que hice, con sólo un punto bajo por cada punto de la fila anterior, se notaba demasiado el aro plateado y lo tuve que deshacer.
Importante: enhebrar en la lana el enganche del pendiente que querremos que quede al final. Se puede hacer al final cuando ya sepamos la hebra de lana que gastaremos para acabar la labor.



Resultado final:


¡Al final quedan bien grandes pero no pesan nada! Dan un efecto muy lolailo.

La pareja, colgada de mi árbol de alambre para pendientes. Ahora imaginaos esto mismo pero con un aro más grande y lana de fantasía dorado o plateado. ¿A que parecerían copos de nieve y servirían como adornos de navidad?

Entre los pequeños defectivos y que no quedan nada discretos, en parte por las decoraciones exteriores, no me extrañaría que los acabara deshaciendo  y probando de tejer otro modelo, más intrincado por la parte de dentro del aro y que no contribuyan a aumentar el diámetro del pendiente.
Mmmmm, no sé con qué combinarlos... ¿Vosotras os los pondríais? Esta es la mejor manera de aprovechar los aros desteñidos o deformes que no podemos recuperar de otra manera. Ya me pensaré qué modelo de ganchillo  elijo para los otros aros que me quedan,  que son aún más grandes (5,5 cm!!). Quiero un efecto relativamente discreto.


¿No te atreves con el crochet o tienes bisutería que no puedes arreglar con ganchillo? Existe pintura con efecto cromado que puedes utilizar. Te dejo un ejemplo de mis resultados, por si te convencen.

¿Bisutería barata que se ha vuelto naranja, negra o ha perdido para siempre el brillo? Ni siquiera limpiándola y barnizándola se puede recuperar. ¿Deseas cambiarle el color a otra pieza de bisutería que tal como está no te gusta? Yo pensé en repintar la que tenía con pintura de afecto cromado. 
Los sprays plateados convencionales no sirven porque no dan efecto cromado. Así que compré pintura de efecto cromado, también en spray, en mi tienda de bricolaje habitual. Con una pasada bien dada es suficiente, extendiendo el sobrante con un pincel o un dedo para mantener los relieves. La verdad es que este tipo de pintura también va fenomenal para convertir en plateada cualquier tela o cartón y preparar disfraces.
Resultado final; mejor que antes pero ni por asomo es un efecto realmente "cromado", aunque mejor que el del spray plateado convencional. Lo peor de todo es que a este tipo de pintura no le pude aplicar el barniz para metales que uso para evitar que se estropee la plata y el cobre, porque ¡arrastraba la pintura! Así que no le pude dar un extra de brillo. Quizás con un barniz de papelería normal... El efecto resultante es más de plástico que de metal.

22 de febrero de 2016

(Más) Consejos para hacer teselas y figuras con CDs reciclados

Esta es la típica manualidad que alguien como yo ve y quiere poner en práctica, aunque en mi caso sin un proyecto claro en mente sólo he probado para comenzar a probar la técnica. Es un sistema relativamente fácil y rápido de reciclar para algo productivo cantidades importantes de esos CDs que todos guardamos en casa porque da pena tirarlos pero que en realidad deberíamos eliminar porque es un formato obsoleto y poco duradero de conservación de archivos.

Para que veais de lo que hablo, os emplazo a que aprendais la técnica original según la Biblia de esta técnica, el Taller de Ire.

No puede ser más sencillo y con elementos que todos tenemos YA en casa:
  • CDs (que no DVDs) de datos que queramos reutilizar
  • Cinta adhesiva (a poder ser la típica cinta de precinto transparente grande, que cunde más)
  • Alcohol etílico, isopropílico o acetona, y algodón
  • Tijeras gruesas y cúter
  • Pintura acrílica (no con base demasiado acuosa; esto es importante de cara al resultado)
  • Horno


Entre los CDs del trabajo y los caseros, tengo choporrocientos mil CDs a los cuales sacar partido. Pero para esta técnica son mejores los CDs de grabación de datos, porque los que tienen una capa pintada por lo visto dan muchos problemas (eso no me he molestado en comprobarlo)  y es mejor usarlos para hacer mosaico con su parte trasera, similar a un espejo.
Aunque por lo visto hay gente que ha tenido problemas, tal como comenta Ire en su web, yo no tuve dificultades en proceder con el mecanismo y todo transcurrió más o menos como advierte ella en sus tutoriales:

1. Se raspa el borde de los CDs para tener un punto a partir del cual levantar la capa superior (con las letras).
2. Con la cinta adhesiva, se "depila" toda la capa superior del CD sin dejar ni rastro, partiendo de ese rasguño inicial.
3. Con algodón impregnado en alcohol o acetona, frotar a conciencia para quitar la capa verdosa irisada que tiene el CD en su parte intermedia.
4. Marcar los cortes a realizar con el cúter y cortar con unas tijeras grandes y fuertes. Queda mejor si el corte final es cuadrado, porque los bordes se "astillan" menos.
5. Pintar uno de los trozos recortados y colocar encima un trozo exactamente igual de tamaño, haciendo un "sandwich" con la pintura entre medias.
6. Colocar sobre papel de plata completamente en contacto con una fuente metáliza para horno y hornear a temperatura máxima (250 ºC o más) con calos por ambos lados 10-15 min hasta que las dos capas de CDs prácticamente se hayan fundido entre sí y la pintura parezca que burbujea.
7. Dejar enfriar y utilizar.

De mi experiencia dejo a navegantes algunos avisos y consejos, que se suman a la experiencia de otros blogueros:

  • Los mejores resultados se obtienen con cortes cuadrados, porque los cortes redondeados quedan con más aristas. Por eso el uso ideal es el de tesela de mosaico.
  • Es imprescindible que el papel de aluminio esté completamente liso y pegado a la bandeja de horno; cualquier irregularidad provocará un cráter en la parte trasera de la pieza (que queda completamente lisa, a diferencia de la parte superior que ha de quedar ligeramente convexa).
  • Se producen cambios de color relativamente impredecibles: el amarillo pierde brillo, el blanco queda verdoso, rojos y rosados viran a naranja...Es mejor usar colores puros porque los mezclados pueden dar efectos indeseables, como disociación de los colores primarios, efecto de aguas...Los dibujos no se conservan bien.
  • La pintura no debe tener una base demasiado acuosa, porque se crearían burbujas al hacer el sandwich y tras el horneado quedarían trozos sin pintura en el interior. En el caso de la pintura acrílica, intentar usar el pincel lo más seco posible y que la capa de pintura tenga el suficiente grosor, para que cuando se aprieten las piezas del sandwich entre sí no se produzcan burbujas en la pintura.
  • La laca de uñas no se puede utilizar, ni siquiera la transparente. 
  • El plástico del círculo central del CD da resultados diferentes al del resto de la superficie.
  • La purpurina y el efecto de glitter se funden y no perduran tras el horneado; como mucho pueden contribuir a crear un efecto de "aguas" sobre la pintura basal. 
  • El proceso de horneado requiere vigilancia constante porque tan pronto como en 10 minutos ya se puede haber creado el efecto; es mejor tener que meter de nuevo las piezas para que acaben de hornearse que no arriesgarse a que se calienten en exceso; quedarían demasiado fundidas entre sí, irregulares y con burbujas. Mi horno tiene 270 grados de temperatura máxima y en 10 minutos las tuve que sacar, y ya estaban un poco pasadas. Casi es mejor dejarlo a los 250 ºC canónicos y no achicharrarlas tanto, aunque haya que esperar un poco más.
 Os dejo imágenes de mis resultados:
Como me faltaba estrella para el árbol de navidad, comprado este año, probé de hacer una con esta técnica de reciclar CDs. Necesité dos CDs en total, uno para la capa superior y otra para la inferior. Los fragmentos entre los brazos de la estrella los aproveché para recortarlos de otras maneras y probar el resultado con distintas pinturas, y así no gastar CDs a lo tonto. Pinté la estrella de amarillo con puntos blancos para ver si quedaba un aspecto final más degradado y claro y las puntas y el centro de color salmón para que no quedara un color tan plano. No le puse más purpurina ni otros efectos porque al no conocer como quedaría finalmente, no quería cagarla.
Este es el resultado. Desde luego parece más una estrella marina que una estrella del cielo. Las puntas anaranjadas dan un aspecto como de tostado, el amarillo ha perdido claridad y brillo y los goterones blancos no han contibuído a dar un toque irisado. Hay un exceso de burbujitas y se aprecia un tono verdoso. El tamaño contribuye a que se vean más los desperfectos. No la he colgado en el árbol (en su lugar coloqué una estrella de origami hecha con papel plateado reciclado de un envoltorio), pero me la guardo para cuando el próximo año en el colegio de mis hijos vuelvan a pedir adornos de Navidad hechos con material reciclado. ¡Yo ya tengo el mío hecho!
Disposición original de las piececitas antes de meterlas en el horno, con diferentes tipos de pintura (laca de uñas o acrílica) y efectos (color puro o diferentes brochazos. La pieza verde de la esquina inferior izquierda tiene purpurina verde por encima de la pintura, aunque casi no se aprecia. La pieza de abajo del todo, solamente tiene laca de uñas transparente con glitter plateado cuadrado.
El resultado tras el horneado: ya se ve que el color amarillo pierde luminosidad, los rosados tienden al anaranjado, el blanco queda verdoso, los azules se conservan bastante bien y los colores mezclados o se escinden en los colores originales o viran hacia el rojizo, si forma parte de la mezcla. Las lacas de uñas quedan marrones y mucho más irregulares en sus superficie. La pieza verde que contenía purpurina no queda brillante, pero sí con un efecto gracioso de burbujas (casi no se aprecia).

Detalle del fiasco de pintar las piezas con laca de uñas. No es una cuestión de usar unas lacas de un color u otro, con brillo metalizado o no, porque el efecto se produce incluso con las transparentes: quedan de color "quemado" y con la superficie irregular y llena de cráteres. No es bonito, aunque quizás tenga alguna gracia si alguien quisiera hacerse un colgante con ese aspecto un poco "tétrico". El glitter brillante tampoco perdura después del horneado: desaparece.

Al final del trabajo, me quedaron unas piececitas muy monas para que jugueteen los niños pero nada aprovechable ni para unos colgantes, ni unos pendientes... Pero me quedo con la técnica y en cuantito tenga alguna superficie que desee decorar con mosaico (un marco, un cuenquito...) me fabricaré mis propias teselas.
A veces hay que invertir un poco de tiempo en I+D para ir descartando proyectos y aprendiendo nuevas técnicas, ¿no os parece?

4 de febrero de 2016

Como ordenar cintas y cordones en una caja de galletas circular


Os traigo una idea de ordenación que a la mínima que os pongais podeis perfeccionar .
Se trata de una manera de ordenar las cintas y cordones que todas tenemos guardadas a la espera de un fin mejor, porque nos han sobrado de otras labores o vamos almacenando porque nos da pena tirar. La manera de ordenación tradicional es recortar cartoncitos para enrollar cada cinta, igual que se hace para los hilos de punto de cruz: los que más me han gustado hasta ahora son estos.
También se suelen aprovechar carretes de hilo vacíos, aunque queda el problema de evitar que el cabo del hilo o la cinta se suelte. Hay gente que solventa ese problema enrollando las cintas alrededor de pinza de la ropa y pinzando el extremo, pero esto tiene poco glamour, a no ser que te dediques a pintar las pinzas o dejarlas muy monas con washitape o algo por el estilo. Pero luego hay que buscar un sitio donde esas pinzas queden bien monas, etc.

Como digo la idea de los cartoncitos decorados era la que más me molaba peeeero yo no tenía ninguna caja de bombones rectangular para darle ese uso, y sí en cambio par de cajas de galletas pequeñas y circulares, un poco cursis, a las que tenía que dar uso, porque son estas que compras porque te parecen muy monas pero una vez que te has comido las galletas tienes que hacer algo con ellas.
Pues nada, un sistema circular de organizar cintas y cordones en forma de pisos.

Monísima para una habitación infantil, pero solo cuando tiene cosas infantiles que contener.
Mejor aprovechar las cartulinas decoradas de las que tanto hablo y tanto uso para recortar círculos ligeramente más pequeños que el diámetro de la lata.
Una vez hecho eso se recortan unas ranuras de forma concéntrica, un poco anchas y suficientemente separadas entre ellas para que puedan pasar varias vueltas de la cinta o cordón, y un pequeño orificio central. La idea es que cada piso de cartulina tenga espacio para cuatro o cinco cintas. Yo lo hice para cinco pero por motivos de contrapeso quizás hubiese sido mejor hacerlo con cuatro.
Recorté cuatro cartulinas simulando las cuatro estaciones (más o menos); y aún me quedaba espacio en la lata como para añadir alguna más repetida y ponerle un círculo de cartulina como fondo de la lata.
Como la trasera de estas cartulinas también está decorada no queda demasiado feo, aunque después de enrollar todas las cintas y cordones el dibujo se ve poco. Después se trata de unir los diferentes pisos con un cordón suficientemente largo, anudando el cordón antes y después de cada agujero para que se mantenga fija la distancia entre pisos, que no ha de ser demasiado pequeña para que puedan manipular los cordones atados con posterioridad.
En el piso de arriba hay que dejar alguna argolla o lazada para poder estirar todos los pisos. Yo he aprovechado una cinta que tenía unos topes de plástico debajo sacados de otro envase, pero como el cordón central es lo más feo que me ha quedado cuando tenga otro de la longitud adecuada lo cambiaré para que el resultado sea más pulcro. Luego ya es cuestión de gustos si cada piso se dedica a un tipo de cinta o cordón en concreto, según la disponibilidad, pero es importante que los pesos estén más o menos equilibrados. Cuando se quiera buscar un cordón, se estira de arriba y las capas van saliendo en plan acordeón. Si cada piso está más o menos equilibrado no se tuerce mucho. También se puede abrir como una especie de libro. Sólo hace falta sacar los pisos necesarios hasta encontrar lo que buscamos, sin tener que sacarlos todos si no hace falta. Y debajo de la última cartulina y hasta el fondo de la lata aún queda espacio para pequeños trocitos que no se pueden enrollar, o carretes. Es importante que el diámetro de las cartulinas sea más pequeño que el de la lata porque es de cajón que los cordones cuando se enrollen aumentarán bastante el ancho.
Y una vez todo colocado en su sitio volvemos a tener nuestra latita, que ya viene muy decorada de por sí. Apenas tiene un palmo de ancho así que pocas cosas mejores se me ocurren para aprovechar al máximo el espacio.

A mí me ha quedado un poco descabalado porque no he tenido la precaucion de compensar el peso entre los diferentes cordones que van en cada sección, pero hay margen de mejora para cuando quiera dedicarle un rato más al asunto.
Me quedan muchos restos de cintas muy cortitos o cordones feos en busca de un sitio mono donde guardarlos, pero es que no me da la vida para buscar un acomodo glamuroso a todo lo que tengo para ordenar.
¿Que os parece mi idea? Cada uno aprovecha las cajas que tiene como mejor puede, ¿verdad?

28 de enero de 2016

Estuche circular aprovechando aplicaciones de camisetas



Material de partida (no tengo foto, lástima): una sudadera roja con mangas negras con un dibujo de letras chinas en los brazos y un dragón en la espalda. Tenía pequeñas manchas desteñidas en el frontal, ya me estaba un poco estrecha y era demasiado choni para mi look actual. En condiciones normales lo hubiera donado (aunque normalmente la ropa con alguna pequeña mancaha acaba en la basura o hecha trapos) pero el dibujo de las letras y el dragón era demasiado atractivo.

Tras quedarme con la larga cremallera, que nunca se sabe dónde puede acabar, aproveché la tela de camiseta negra y dos círculos rojos que incluía las letras chinas para hacerme un estuche circular. La idea era que quedara blandito, porque me gustan los estuches circulares blanditos que se llenan y adquieren forma con los propios bolígrafos. Pero claro, sin forro ni nada quedaba demasiado blandito.
Pues nada, aprovechando una falda de tejido sintético procedente de reciclaje urbano, ya tengo una tela que vale para forro y es muy rígida; simplemente he desmontado el estuche, he descosido los laterales (no la cremallera) y he cosido el forro haciendo un dobladillo interior que une las dos telas sin afear demasiado. Como no domino mucho la costura circular a máquina y los laterales ya son tan gruesos que no caben bajo el prensatelas, los laterales con las letras están cosidos a mano con puntada invisible con mmuuuuucha paciencia intentando que cuadrase lo más posible sin arrugarse.Despues de varios intentos infructuosos utilice un huevo kinder reutilizado para remendar, que por fin me permitio darle el acabado que yo queria sin seguir volviendome loca.
Los acabados internos son un poco caseros pero al final tengo mi estuche circular un poco más rígido que lo veo bastante "usable" incluso para mis niños en el futuro.

De una falda abandonada he aprovechado la tela del forro, que por algún motivo era muy rígido, negro y con cierto brillo, y lo he cosido a la parte interior del estuche haciendo desaparecer las costuras internas de la cremallera.
Coser los laterales fue una pequeña pesadilla. Por el tamaño de la tela no podían ser perfectamente circulares ni se podía hacer un pequeño dobladillo con la máquina. Tampoco quería que se vieran las costuras demasiado. Al final, los tuve que coser a mano, cosa que odio, con puntada escondida intentando hacer un dobladillo disimulado que redondeara los bordes, descosiendo la labor varias veces porque o quedaban descentrados, o no me gustaba como quedaba la costura. Al final no quedó perfecto pero tampoco es una parte que se vea mucho cuando el estuche está lleno.
Vista superior del estuche, donde ya se aprecia que el forro le da suficiente cuerpo como para "sostenerse" vacío, como si estuviera enguatado.
No sé que significan las letras chinas así que si alguien lo sabe le agradecería que me lo dijera. mira que si he ido por el mundo con tonterías o cursadas en las mangas...Se aprecia un poco que dejé un reborde de la tela negra al coser, como una especie de falso vivo, porque quedaba mucho mejor que coser al ras. Aunque esto me diera algún dolor de cabeza...
¿Que qué pinta una estuche con la tela de camiseta por fuera y un tejido sintético mucho más noble por dentro? Pues porque yo lo valgo, porque me mola así.
¿Y qué pasa con el dibujo del dragón?
Acepto sugerencias de qué hacer con esto.
Pues el dibujo del dragón ha intentado usarse para muchas cosas: para  intentar decorar alguna mochila o alguna funda de algo. Hay un problema fundamental y es que la tela se recortó tan a ras del dibujo para que quedara con forma cuadrada que hay poco margen para costuras, y estuvo un tiempo pegada por los bordes en una bolsa que usábamos para llevarla con el carrito de los niños. Eso significa que los escasos bordes están acartonados y con poco margen de costura en dobladillo como para usar ese cuadrado de tela para decorar nada en condiciones.
Me resisto a utilizarlo para otro estuche circular, en este caso con el dibujo en el cuerpo y tela de camiseta negra en los laterales, pero es una lástima que el dragón no se aprecie entero y de momento lo reservo por si se me ocurre algo más noble.
¿Cómo os parece que ha quedado el estuchito? ¿Lo llevaríais al cole?