27 de diciembre de 2015

Apliques termoadhesivos con retales reciclados


A veces las circunstancias te obligan a posponer tus proyectos para dedicarte a otra cosa.
En el colegio de mis hijos dan un cuento los viernes a los niños de infantil para que lo lean con los padres el fin de semana y lo devuelvan el martes. Y dieron una bolsa de tela con instrucciones para decorarla "con telas, fieltros, pinturas, etc pero que sea fácilmente lavable". ¿Y eso con la ayuda de niños de 3 años?
Va  ser que no, que los niños duermen la siesta y la madre se rompe los cuernos por hacer algo bonito. Las pinturas descartadas porque no tengo buenas pinturas textiles en casa (sólo rotuladores que no resisten realmente los lavados) y mis hijos dibujando aún son muy desastres.

No hay nada como una bolsa de algodón vasto para fastidiarle el tiempo de ocio a una madre trabajadora.
Al final,  eché mano de los multiples retales de calzoncillos y similares que tenía previsamente recortados por si algún día hago patchwork, les pegué en la trasera Heat and bond, siluetear letras a partir del molde de letras de nevera y pegar los nombres a la bolsa, junto con ositos procedentes de telas obtenidas de reciclaje urbano.
No pocos cuadradados obtenidos de tela de hilo de algodón procedente de calzoncillos rotos que ya no aguantaban un remiendo más, un pijama mío, una antigua funda de tabal de planchar, unos pantalones, un mantel muy manchado, unas telas heredadas...
Se planchan con el revés de la tela en contacto con la parte rugosa del Heat and bond, con una tela entre medias para que no se manche la plancha, y la plancha a temperatura media sin vapor, presionando unos pocos segundos.
Silueteas las letras, que yo ya tengo sacadas a una cartulina por si el molde original se pierde. Como soy muy así cada letra está en una tela diferente y las que forman el apellido van por duplicado. El rotulador es un Edding que se va tras pocos lavados, pero preferí pintar por el derecho de las telas porque aunque recortes se queda la silueta negra y queda bonito sin necesidad de festonear.
Y a pasarse la tarde recortando como una idiota. Ahora sólo hay que despegar de la trasera la lámina finita del Heat and Bond y volver a planchar del mismo modo en el sitio adecuado.
Proceso similar con los ositos que estén completos de esta bolsa que  rescaté de la calle, típico ejemplo de tela fea, muy fina y poco resistente que hubiera acabado en la basura si no sirviera para estas cosas.
Y lo mismo con esta tela de una gatera encontrada en la calle y que ya aproveché en este otro post.
Y lista, una bolsita decorada con cada nombre, muy colorida y muy aparente, eso sí, sin colaboración de los peques. Eso ya para más adelante, cuando vea que se toman en serio las manualidades.

No me he molestado en recortar más a ras las figuras de ositos porque el reborde hace más contraste con la tela. El pintarrajeado de la "O" de Alejandro sí es obra del propietario de la bolsa, grgrgrgr.
Con la tontería casi me he pulido el metro de Heat and bond que había comprado, hay que ver qué uso le he dado en pocos meses. El resultado de las letras me ha gustado y me ha animado para decorar de forma similar cualquier camisa o bolsa sosaina que vea, más que nada porque me ha sobrado material del utilizado para estas letras. Aún no he tenido que lavar esta bolsa pero el Heat and Bond tiene un pegado bastante fuerte, más fuerte que el adhesivo que viene con muchas rodilleras comerciales, y a mis hijos no les ha dado por rascar los extremos de las letras (todavía).
Muy recomendable y práctico el método Heat and bond para aprovechar retales de hilo de algodón y decorar cualquier cosa. El mío es "cosible" (sewable) para las amantes del festoneado. Con los pedacitos que sobren se pueden hacer rectangulitos para poner el nombre y planchar sobre las prendas de vestir y que no se pierdan en el colegio.
Yo creo que eso de comprar rodilleras comerciales se ha acabado para mí.

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