27 de agosto de 2015

Ratoncitos guardadientes

La idea es fácil: coser un ratoncito hecho a partir de trapos donde los niños guarden los dientes de leche, puedan meter bajo la almohada y encuentren una moneda al día siguiente.
Los anglosajones tienen sus propios muñequitos del Hada de los Dientes, o directamente...de un diente guardadientes.
Cada uno puede hacer un patrón con la forma de ratón que desee, pero uno que da buen resultado es uno clásico que circula por la red. El bolsillo y la nariz cada uno los adapta como quiere; yo les he puesto tirantes y los "pantalones" no dejan asomar las patitas y también están por la parte trasera (pido disculpas porque no tengo fotos que lo muestren).

Como culo veo, culo quiero, rápidamente me puse a hacer los míos para mis hijos, con récord absoluto de materiales reutilizados que tenía por casa:


  • La tela del cuerpo es pana de un pantalón de los niños, desechable porque tenía las rodillas destrozadas y no merecía la pena poner rodilleras porque ya se les quedaba muy pequeño. Hay otra gente que utiliza tela vaquera, pero queda más auténtico si el ratón es marrón.
  • Los bolsillos están hechos con mis inestimables retales de calzoncillos del maromo, que después de la enésima recosida en la entrepierna acaban siniestro total y con su preciosa tela de cuadritos en mi poder.
  • El asa de arriba es el típico lazo que viene con los tirantes de la ropa para poder colgarlo en la percha...¡incluso en la ropa que no tiene problemas para ser colgada en una percha! Como me da rabia que asome por las mangas suelo quitarlos.
  • El hocico está hecho con una minúscula bolita de retal de camiseta negra rellena con una cantidad ridícula de napa sintética, que tengo en casa por mi afición a los amigurumis.
  • Los bigotes son trozos de lana que cualquiera tiene en casa.
  • La cola es un cordón de algún colgante ridículo que tuviera desde hace mil años.
  • La letra es una rodillera recortada, pero puede ir pintada, bordada a máquina o de la manera más apañada que encuentre cada cual.
  • Los ojos móviles son comprados; los necesitaba para reparar una manualidad de mis hijos y tenía el resto de la bolsa por ahí.
  • El hilo con el que está hecho el punto festón también lo tenía.
  • Los botones también los tenía, provenientes de cualquier camisa que hubo que tirar o reciclar.
  • Están rellenos de napa sintética ("relleno de peluche") que como digo, tengo a mano para hacer amigurumis.


Las únicas dificultades, que yo no superé totalmente, es respetar a la perfección la forma de las orejas cuando se cose a máquina, que todo quede bien cosido y cerrar bien la labor con puntadas invisibles una vez se le da la vuelta. El punto festón ayuda a retocar y mejorar el resultado.
El bolsillo me quedó un poco pequeño al final, pero tampoco importa mucho que asome la moneda.
No hay prisa para usarlos, y en caso de necesitar hacer un regalo a unos padres recientes, es todo un puntazo. ;)

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